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Cuando la pasión enciende un camino


Tras una experiencia reveladora en una empresa de servicios de limpieza, Reina Aguilera se marchó para montar su propio negocio.

De pequeña, en su país natal, Honduras, Reina Aguilera se dedicaba a limpiar y organizar su casa con tanta frecuencia que su familia solía bromear sobre su incesante necesidad de organizar.

Cuando creció, siguió una formación en negocios internacionales, sin saber que su hábito infantil acabaría convirtiéndose en una trayectoria profesional. Tras cuatro años en la universidad, Reina se casó y decidió trasladarse a Estados Unidos tras ver todo lo que ofrecía durante su luna de miel en la zona de la bahía.

Aunque su marido encontró rápidamente trabajo en Estados Unidos, Reina no tuvo la misma suerte.

Sintiendo nostalgia y frustrada por no tener un trabajo satisfactorio, Reina empezó a cuestionar su gran mudanza a Estados Unidos. Aprovechó la difícil situación explorando San Francisco, tomando clases de inglés y desarrollando una nueva red de amigos.

Con el tiempo, consiguió un trabajo como ama de llaves en un servicio de limpieza en la zona de la bahía. Le encantaba el trabajo y estaba deseando aprender más sobre el negocio. Pero había un problema: su jefe hacía que el trabajo de Reina fuera muy estresante y desagradable. Este trabajo ponía en tela de juicio su idea de Estados Unidos como un lugar en el que cualquiera podía perseguir sus sueños, un lugar en el que no podía ocurrir nada malo.

Sentía que su mundo se había puesto patas arriba.

La dura introducción al mundo de los servicios de limpieza dejó a Reina decidida a ser su propia jefa; quería crear y dirigir la mejor empresa de servicios de limpieza en sus propios términos. Y eso es exactamente lo que hizo.

Después de dejar su trabajo, aceptó un puesto en una taquería durante la semana y poco a poco fue aceptando casas para su servicio de limpieza los fines de semana. Reina comenzó con un cliente que encontró a través de la comunidad de su iglesia, y Servicios de limpieza de Reina nació.

Poco a poco fueron llegando más y más clientes a medida que se corría la voz sobre sus excelentes servicios.

Cuando ella y su marido se divorciaron, Reina tuvo que enfrentarse a muchas batallas emocionales y espirituales. Superar tres abortos espontáneos le pasó factura y le hizo sentir que nunca podría tener hijos. Tras separarse de su marido, ahora tenía más tiempo para dedicarse a sus sueños.

Pronto conoció al hombre que se convertiría en el padre de su hijo. A pesar de las dificultades, Reina descubrió que estaba embarazada y dio a luz a una niña en 2007. A medida que su vida personal daba un giro emocionante, también lo hacía su vida profesional.

Reina comenzó a tomar clases de negocios en Iniciativa para las mujeres (ALAS)Cuando llegó el momento de ampliar su negocio, su profesora la remitió a MAF para que le concediera un préstamo. Se unió a Lending Circles en 2009 y utilizó el dinero de su primer préstamo para la compra de su primer coche, una inversión esencial que le permitió desplazarse a casa de sus clientes. Desde entonces, ha participado en 9 Lending Circles. Ha utilizado sus préstamos para comprar equipos para su negocio, como una nueva aspiradora, y para reparar un coche.

Su participación en Lending Circles le ha permitido invertir un total de casi $4.000-$5.000 en su negocio.

La participación de Reina en MAF ha supuesto algo más que una inversión en su negocio. Ha visto cómo su puntuación de crédito aumentaba con la escala de su negocio; un total de 77 puntos.

A sus 39 años, Reina sigue participando activamente en el programa Lending Circles y en MAF, no sólo para seguir construyendo su crédito, sino también para aprovechar las otras oportunidades que MAF le ofrece, como las clases de negocios y los nuevos programas como el Lending Circles para empresarios. También ha remitido a muchos de sus amigos a los servicios de MAF.

Para Reina, MAF representa mucho más que un lugar para hacer crecer su negocio; es un lugar donde puede crecer como persona.

Reina espera que llegue el día en que pueda contratar a su primer empleado, y espera contratar a aquellos que se encuentran en la situación en la que ella estuvo: los que luchan por alcanzar sus sueños. También quiere que su hija crezca y vea su negocio como una fuente de orgullo.

Reina terminó nuestra conversación expresando su deseo de inspirar a otros. A pesar de todo lo que ha pasado, ha salido adelante y MAF se enorgullece de haber desempeñado un pequeño papel para ayudarla a hacer realidad sus sueños.